Perdón por la invasión

Salvador Río Álvarez

No soy como vosotros para los que la red es algo natural, en definitiva como si siempre hubiera estado ahí, y vuestra relación con ella os resulta fácil y gratificante.

Yo procedo de la generación en que el ordenador y el teléfono móvil no existían y, en una cantidad importante de las veces (sobre todo si se vivía en pueblos y/o se tenía una capacidad económica baja), no se podía disponer de televisión, radio ni teléfono fijo. En mi etapa de formación era fundamental saber sumar, restar, multiplicar, dividir, hacer raíces cuadradas, senos, cosenos etc; el idioma, la gramática y la ortografía eran algo imprescindible; la relación con las personas ausentes se realizaba a través de cartas, las cuales (en el caso de los novios) se escribían a lo largo de las 24 h. y se enviaban todos los días.

Con todo esto, y mucho más, pretendo que entendáis la distancia, mental, de partida que hay entre las 2 generaciones y la dificultad que supone para nosotros incorporarnos a este espacio de vida que significa la red y que para vosotros es algo que os llega por el sólo hecho de vivir.

Creo que todo avance tecnológico es bueno y todos debemos utilizarlo en un sentido positivo y no para hacer daño (aunque eso es inevitable antes, ahora y siempre) y la capacidad de comunicación y relación que permite puede conseguir que ideas y conocimientos que antes quedaban reducidos a un ámbito muy restringido ahora se pueden “democratizar”.

Después de un largo proceso de asimilación y mentalización he llegado a la conclusión de que yo también puedo participar e intentar aportar cosas a este mundo al que ahora me incorporo.

Solo me queda pediros perdón por la invasión y esperar que mis reflexiones sinceras (esto os puedo asegurar, siempre serán sinceras aunque pueda equivocarme) sean válidas para alguien; para mí, aunque supongan un esfuerzo, siempre serán un disfrute.