El egoísmo y la ambición

Ante todo quiero dejar claro que el EGOÍSMO siempre es nocivo y, habitualmente, daña a la sociedad; por su parte la AMBICIÓN es dual, siempre que no dañe a los demás para cumplirse puede ser buena e incluso hacer que se produzca una evolución positiva de la sociedad, pero si daña a los miembros de esa sociedad para alcanzar sus fines es radicalmente mala. Yo creo que cuando, en las decisiones de las personas, prima el EGOÍSMO, la AMBICIÓN siempre es mala porque termina dañando al resto.

Llevamos un periodo de tiempo, en este santo país en el que nos ha tocado vivir, que se hace difícil de soportar el día a día que generan, con su omnipresencia y ocupación de espacio en todos los medios de comunicación, las noticias de la actividad de los políticos (y digo “actividad de los políticos” porque yo creo que eso no es realmente POLITICA); empezamos ya hace más de dos años con el desencadenamiento del conflicto catalán, la moción de censura, el periodo de dudas previo a la convocatoria de elecciones, la campaña electoral, las dos elecciones en un mes, los pactos postelectorales y la amenaza de unas nuevas generales. Si a esto añadimos lo que nos viene de fuera con el brexit y la ocupación de la Casa Blanca por parte de Trump, todo lo demás que ocurre en el mundo y su repercusión en la vida y el futuro de la sociedad está totalmente olvidado.

La RAE define la palabra «política», en sus acepciones 7 y 8, como doctrina y opinión respecto al gobierno y como actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos y yo soy de los que creo que, además de eso, debe ser entendida y practicada para conseguir el bien común de toda la sociedad, y así puede ser calificada como la actividad más noble del ser humano; también soy de la opinión que ningún ser humano, por muy inteligente y poderoso que sea se encuentra en posesión de la verdad absoluta aunque en un número importante de las veces tenga el poder suficiente para imponer su verdad, situación que puede ser calificada de DICTADURA (y esto puede suceder sin necesidad de llegar a ello por la fuerza de las armas). La verdadera DEMOCRACIA implica diálogo, aceptar que tu tienes sólo una parte de la verdad y los otros también y que todas esas verdades parciales juntas hacen una verdad mucho más poderosa; implica que muchas veces hay que renunciar, en un momento puntual, a una parte de esa verdad y también al poder personal porque eso es mejor para la sociedad, implica también la aceptación de que son necesarias modificaciones legales que permitan obligatoriamente una aireación del espacio de la política permitiendo el acceso a gente nueva (aunque sea a costa de irnos nosotros), con ideas nuevas, sin tener que pasar obligatoriamente por el filtro de los que están en el poder aceptando todo “a pie juntillas”.

Yo creo que políticos debemos ser todos y toda la vida (entendiendo el ser político como la inquietud y espíritu de formación en el desarrollo y consecución del bien común, para poder ejercer el control del cumplimiento de las promesas sobre las personas en las que delegamos cuando votamos) y los que tienen que ser verdaderamente profesionales dentro de la administración son los técnicos y que los que se dediquen a la actividad política deben ser profesionales en el ámbito para el que se han formado y que su tiempo dentro del ejercicio de la política debe ser limitado por ley puesto que si no la sensación de  poder e impunidad que les otorga consigue que sean capaces de hacer cualquier cosa para conservarlo, habitualmente con consecuencias nefastas para la sociedad.

En todo este tiempo al que nos estamos refiriendo yo tengo la sensación, cada vez más intensa, de que todos los dedicados a la actividad política van por un camino que no tiene nada que ver con lo plasmado en los párrafos anteriores; lo de ser “servidores públicos” sólo tiene sentido para ellos en tanto en cuanto, a base de repetirlo, consiga convencer a los votantes para que les den su confianza y lo que verdaderamente les importa, su verdadera AMBICIÓN, es el EGOISMO de perpetuarse en el poder a costa de lo que sea. En definitiva como aquel que se encuentra una cantidad de dinero, sabe de quien es, y se lo queda pensando en que si alguien se da cuenta ya buscara una explicación convincente para justificarse.

Me temo que este último escenario es en el que nos encontramos y que para salir de él vamos a tener que concienciarnos y esforzarnos todos los ciudadanos de a pié. A VER SI EMPEZAMOS CUANTO ANTES PORQUE SI NO LA COSA SE VA A PONER MANIFIÉSTAMENTE DIFICIL.

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