Reflexiones en vacaciones VII: la tecnología

Hace poco leí el resumen de un estudio en el que llegaban a la conclusión de que las personas que han vivido los primeros años de su vida en el campo tienen una mejor calidad y una mayor esperanza de vida que los que lo han hecho en la ciudad. El motivo, según el estudio, deriva de que en el campo la mente interioriza los tiempos y se asume que cualquier ser vivo necesita un tiempo para evolucionar y crecer, mientras que en la ciudad, derivado de la inmediatez tecnológica, se pierde esa referencia creyendo que todo ocurre instantáneamente y esto traumatiza al enfrentarse a la realidad diaria.

Todo esto viene a cuento por que estoy pasando las vacaciones con mis nietos y la gran pelea diaria viene derivada del uso de la “tablet”; tanto da que se ponga un tope horario o no, siempre es poco y buscan alargarlo por todos los medios a su alcance. Las malas caras, las riñas entre ellos, el no saber jugar, no leer, no pasear etc son la fruta del tiempo: sólo están felices con los cascos puestos, delante de la pantalla y a poder ser en la oscuridad.

Posiblemente me estoy haciendo mayor y voy perdiendo la capacidad de adaptación que requiere la evolución que está “sufriendo” la sociedad, pero si echamos mano de la capacidad de razonamiento que nos aportó la “obsoleta” educación que recibimos en nuestra infancia y adolescencia nos podemos hacer una serie de preguntas y dejarlas en el aire para que se contesten en el futuro.

  1. ¿No los estaremos llevando hacia un aislamiento permanente del resto de la sociedad?
  2. ¿Es asumible la comunicación a distancia frente a la de cara a cara con todo lo que ésta lleva consigo? No olvidemos que la relación en directo hace que las personas sientan auténtica empatía entre ellas.
  3. Si en los colegios actuales todo se hace delante de la pantalla de un ordenador, ¿dónde incluimos los tiempos necesarios para que los niños sean conscientes de que viven en una sociedad real y no en un “matrix” virtual?.
  4. ¿Vale la pena que estemos generando una dependencia enfermiza, como si fueran drogadictos (igual lo son), de la pantalla?. Ojo es posible que para algunos si que lo sea porque los pueden manipular a su antojo.

En estos días de relax han llegado a mis manos unas reflexiones de una investigadora educativa canadiense, CATHERINE L´ECUYER, sobre las que creo vale la pena pensar un rato y sacar conclusiones: dice Catherine que en educación hay que priorizar el descubrimiento y la invención y que “la mejor preparación para el mundo online es el mundo real”, un escenario en el que el rol de los profesores es clave; “Los maestros encienden la curiosidad con pasión, afecto, intuición y sensibilidad. No hay dispositivo electrónico que iguale a eso”. Las principales asociaciones pediátricas ligan la exposición a la pantalla a edades tempranas con adicciones, inatención, disminución del vocabulario, impulsividad, etc.

En 2017 la Asociación Pediátrica Canadiense recomienda que antes de los dos años pantallas cero y entre los dos y los cinco menos de una hora diaria y con contenidos adecuados a la edad del niño, no tanto a nivel contenido si no de ritmo; también se debe saber que estas recomendaciones no son educativas si no de salud pública para preservar la salud neurológica de nuestros hijos. Como frase final de estas recomendaciones una que rompe los mitos tecnológicos más difundidos: NINGÚN ESTUDIO CIENTÍFICO APOYA LA INTRODUCIÓN DE LAS TECNOLOGÍAS EN LA INFANCIA.

Llegados a este punto, de verdad ¿creéis que estamos yendo por el mejor camino de cara al futuro? Mi sensación es que no; creo que estamos primando la comodidad y que a la menor molestia que nos causa un niño le ponemos delante de los “morros” una pantalla para que lo tranquilice y nos deje en paz, aunque también es cierto, siempre están los que se creen las mentiras que cuentan los interesados en manipular y lo hacen de “buena fé” aunque sea una auténtica barbaridad. ¿Seremos capaces, algún día, de informarnos adecuadamente, sin manipulaciones, y reflexionar para encontrar la forma de avanzar hacia una meta que no sea nuestra auténtica destrucción? LAS DUDAS SON MUY SERIAS.

 

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