La lotería

Hay quien cree que azar es sinónimo de suerte y hay quien tiene la seguridad de que el esfuerzo y el bien hacer genera la buena suerte, pensamiento con el cual estoy totalmente de acuerdo pero que, por lo que parece, no comparten los componentes de los estamentos que nos gobiernan, ya sean elegidos o impuestos.

Viene esto a cuento a la vista del despliegue informativo (todos los espacios de noticias de radio y tv dedicaron prácticamente el 50% de su tiempo a presentar la alegría de los agraciados) para dar cobertura a la lotería de Navidad. Parecía que todos los males que estamos padeciendo durante la crisis estaban resueltos ese día, incluso el reciente desastre de Fagor se había solucionado con unos décimos del gordo.

Si nos entretenemos en recorrer la multitud de juegos de AZAR de los que disponemos, unos del Estado (lotería, bonoloto, primitiva, euromillón, etc.) y otros por concesión de éste ( la ONCE, el rasca, las máquinas recreativas, los casinos etc.) es fácil concluir que nuestras instituciones dedican más esfuerzo a convencer a los ciudadanos de que su futuro va a ser mejor tentando el AZAR (que ellos llaman suerte) que a facilitar la creatividad y ayudar a los emprendedores, educando en la idea de que el esfuerzo, el respeto y el amor son los únicos principios que nos llevarán a desarrollar una vida plena y feliz.

Tengo la sensación de que todo esto deriva de que quien es incapaz de, en su vida privada, llevar a la práctica esos principios malamente va a poder dirigir por ese camino a los demás y a nuestros gobernantes creo que se les puede ubicar en este grupo. Por otra parte existe un segundo (o primer) escalón en el que se encuentran aquellos que, teniendo todas las condiciones para poder favorecer la buena suerte, están dotados de una total ausencia de conciencia ética y se dedican a enriquecerse pisoteando los derechos de todos los demás sin que nadie ni nada ponga coto a sus desmanes.

Sé que, en el mundo en que vivimos, conseguir que todos actuemos con ética y podamos llegar a conseguir las metas óptimas de desarrollo y respeto es una UTOPIA. También sé que la UTOPIA es imposible de alcanzar pero POR EL SIMPLE HECHO DE PERSEGUIRLA PODEMOS CONSEGUIR MARAVILLAS.  INTENTEMOSLO !!!!!!!.

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