Reflexiones sin vacaciones

Con la que está cayendo y con el tiempo que hoy hace en Vitoria (lloviendo, sensación térmica de 2º y amenaza de nieve para la noche y mañana) las posibilidades de que aparezcan las ganas de salir a pasear son más bien nulas y esto nos coloca en la misma situación que la hora de la siesta en verano; normalmente nos encontramos delante de la Tv y cuando huimos de la avalancha informativa, no solo relativa a la pandemia sino también al choque político que se ha desencadenado, terminamos encontrándonos con un documental de la 2 o una película.

La de hoy, por supuesto ya vista con anterioridad, ha sido “Billy Elliot” que, además de una gran ternura, ha despertado en mí una serie de sentimientos que, al ver la escasa evolución que la sociedad en la que vivimos ha conseguido hasta la actualidad en determinados temas, me ha generado una sensación manifiestamente desagradable que me ha estimulado para ponerlo de manifiesto.

La acción de la película se sitúa en el Gales minero de finales del siglo pasado con todo lo que eso significa; vamos a intentar poner sobre la mesa lo que me ha llamado la atención y que creo vale la pena hacer una reflexión sobre como ha evolucionado con el paso del tiempo.

  1. Lo primero que se puede apreciar son los conflictos, en forma de huelgas, entre los trabajadores y patrones, con toda la violencia que supone (cargas policiales, esquiroles etc); se aprecia perfectamente la discriminación de todo tipo que sufren los mineros y que, si lo comparamos con la situación actual, lo único que ha desaparecido son las cargas policiales y la violencia física pero se mantiene la violencia que supone el abuso por parte de los poderosos en las condiciones del trabajo, posiblemente similar a aquella pero quizás menos visible. 
  2. Lo segundo es la manifestación del machismo, aunque no aparezca ninguna mujer involucrada, poniendo de manifiesto el que determinados roles de la vida, en este caso la danza, son sólo para las mujeres y denigran al hombre que los asume porque no ponen de manifiesto su fortaleza física; quizás en este punto, en esa vertiente, hayamos avanzado pero en el asumir que la mujer pueda acceder, como cualquier hombre, con la formación adecuada, a todos los puestos de la sociedad todavía nos queda mucho camino por recorrer. 
  3. Lo tercero me ha recordado el libro de Ken Robinson “El Elemento”, en el que se dice que cuando una persona desarrolla la actividad con la que disfruta y además lo hace bien está en su elemento; en la película, una vez corregido en el padre y hermano el tema machista le apoyan totalmente, consiguiendo convertirse en un gran bailarín. Si trasladamos estos conceptos a la educación actual creo que lo que se está consiguiendo es ir en sentido contrario al buscar que cada persona encuentre su “elemento” y lo único que les interesa a los responsables políticos es el adoctrinamiento ideológico que les permita manipular a las personas a su capricho y que estas estén esperando con verdadero anhelo a que llegue el final de su actividad laboral para no hacer nada en lugar de querer continuar disfrutando y ayudando a la sociedad con su experiencia mientras sus facultades se lo permitan. De esta forma les pueden sustituir por otros más fácilmente manipulables.
  4. Lo cuarto que impresiona, aunque sea dentro de la capa social desfavorecida, es la solidaridad entre los compañeros de trabajo del padre y el hermano para ayudarles a poder desarrollar el proyecto de Billy. Algo tan imprescindible para una sociedad como es la solidaridad y, yendo un poco más allá, la justicia social se encuentra tan ausente en estos tiempos de individualismo egoísta que, cuando alguien se comporta solidariamente no le entienden; voy a contarles un caso que “no es de oídas” porque me ocurrió a mí. Cuando, después de una dura negociación, conseguí una mejora manifiesta de honorarios para mí especialidad, en el momento de su comunicación, los comentarios fueron; además de esto ¿qué habrá conseguido para él?.

Así me temo que va evolucionando la sociedad actual en la que ese individualismo egoísta campa por sus respetos y cada uno hace lo que cree que es mejor para él independientemente del daño que pueda causar a los demás con sus actuaciones; esto no significa la ausencia de personas  dispuestas a luchar e intentar revertir esta situación. El problema es que cuando planteas una iniciativa solidaria la contestación es que “uno solo no puede conseguir nada”; por supuesto que un grano de arena no es nada pero si prescindiéramos del YO y pensáramos en NOSOTROS, el mar de arena que conseguiríamos reunir podría conseguir todo aquello que nos propusiéramos.

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