El 60%

Quizás los que soportáis leer mis escritos podéis pensar que muchas veces el comienzo es parecido pero se debe a que lo que realmente me estimula a escribir son las cosas que ocurren a mi alrededor y me llaman la atención, a veces después de haberlas visto durante mucho tiempo; no es el caso de hoy en el que mi reacción fue instantánea.

Como sabéis todos la llegada del fin de año es el pistoletazo de salida para todo tipo de estadísticas, porcentajes, etc; aunque la mayoría de ellos no sirvan para nada o nadie se preocupe de analizarlos en profundidad y sacar conclusiones en los que si tienen valor. El 60% que a mi me llamó la atención es de los segundos y seguro que fue dicho y escrito con una intención totalmente distinta a la que voy a poner encima de la mesa.

El titular era “durante 2017 se ha reducido la llegada de inmigrantes a Europa en un 60%”: ¡¡que buenos somos!!, y se quedaron tan tranquilos, sacando pecho. Sin ningún comentario más, sin dar datos del porqué (por supuesto que no es porque el problema de sus países de origen se ha resuelto), de las actuaciones de Europa para que sea así ni de las consecuencias para los pobres desgraciados que se encuentran en esa situación.

Alguna vez, cuando le ha interesado a occidente para quedar bien, han dicho que se ha realizado un pacto con Libia y con Turquía (las dos vías de acceso a Europa más importantes) dándoles una cantidad de dinero importante para que esos países en los que la opacidad de las actuaciones es prácticamente total actúen como parachoques e impidan el paso; el cómo lo consigan es tema que no les importa en absoluto. Por supuesto que los medios de comunicación no han hecho ningún esfuerzo de denuncia, como un programa de investigación, para ponerlo de manifiesto; a lo más que han llegado es a desgranar noticias sueltas, cortas, en medio de algún telediario.

Yo me he entretenido en recabar alguna información y con ella he llegado a la conclusión de lo que ocurre en realidad. Los que desde el Fértil Creciente (menuda ironía de nombre en el momento actual) llegan a Turquía, en su gran mayoría, son deportados nuevamente al “idílico paraíso” del que proceden sin preocuparles lo más mínimo lo que les ocurra. Los procedentes del África Subsahariana que llegan a Libia tienen muchas posibilidades de ser violados o vendidos en un mercado de esclavos y los que consiguen evitar eso pueden morir ahogados en el Mediterraneo antes de llegar a Europa (últimamente ya se han visto en pateras hinchables de juguete). Si nos desplazamos más hacia poniente, yo tengo un amigo muy relacionado con el pueblo Saharaui que me ha referido prácticas tan inhumanas como llevarlos al límite del desierto y decirles que andando hacia el sur llegan a su país y si intentaban darse la vuelta les disparaban.

Esto es lo único que he encontrado de distinto en 2017 de 2016, y por lo tanto es lo que ha podido conseguir esa disminución. En ningún momento he descubierto algo que hable de la mejora de las condiciones de vida en origen, de disminución de los expolios ni de la venta de armas con lo que los grandes de Occidente se lucran sin importarles las consecuencias. ¿Os dais cuenta de la mentira permanente en la que vivimos? ¿Por qué no hacemos entre todos un esfuerzo e intentamos conseguir que este mundo en el que vivimos sea más justo y solidario? ¿Por qué toda esa gente a la que le sale el dinero por las orejas y que nunca va a ser capaz de gastarlo no tiene un momento de lucidez y cambia? ¿Nos sentimos un poco culpables?

Demasiadas preguntas y todas de muy difícil contestación; bueno en realidad la contestación es fácil, lo realmente difícil es conseguir llegar a la situación en la que no hubiera que hacérselas. Disculpadme haberos deprimido, si es que lo he hecho; no era esa mi intención cuando me he puesto delante del ordenador. Un “abrazo virtual” para todos y hasta la próxima.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *