Y, de nuevo, la poesía

Y esta vez con uno de los nuestros: RAFAEL ALBERTI.

Ha habido tanto movimiento, y tan intenso, en nuestra sociedad que he tenido olvidada, durante más tiempo del que debiera, esta sección.

Si os entretenéis en leer las tres publicaciones anteriores veréis que en todas nos estamos dirigiendo a la persona individual. Rudyard Kipling nos invitaba a hablar con la multitud y perseverar en la virtud o caminar entre reyes y no cambiar; Phil Bosmans nos preguntaba por qué perdemos el tiempo en una búsqueda alucinada de dinero y poder; Víctor Hugo nos pedía que pensáramos que estamos rodeados de seres oprimidos y que todos los días pusiéramos encima de la mesa un poco de dinero y nos preguntáramos ¿quién es el dueño de quién?.

Hoy vamos a dar un paso más y vamos a usar palabras salidas de lo más profundo de Rafael Alberti para seguir preguntándonos cosas, pero no ya a título individual si no colectivo y no sobre el momento de publicación (1935) si no trasladándolo a la actualidad. Se trata de una pequeña poesía de denuncia muy adelantada a su época y que sólo puede ser escrita en aquel momento por una persona tan comprometida como Alberti. Ahí va mi homenaje a él. Espero que haga pensar y que la disfrutáis todos.

LOS NIÑOS DE EXTREMADURA

Los niños de Extremadura

van descalzos.

¿Quién les robó los zapatos?

Les hiere el calor y el frío.

¿Quién les rompió los vestidos?

La lluvia

les moja el sueño y la cama.

¿Quién les derribó la casa?

No saben

los nombres de las estrellas.

¿Quién les cerró las escuelas?

Los niños de Extremadura

son serios.

¿Quién fue el ladrón de sus juegos?

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