La Sanidad

Como ya he repetido varias veces con anterioridad a la SANIDAD no hay que confundirla con la Asistencia Sanitaria (cosa habitual incluso en los encargados de gestionarla), pues esta última sólo es una parte de ella que se dedica a recuperar la salud cuando la hemos perdido. La definición de SANIDAD es “Conjunto de servicios gubernativos ordenados para preservar la salud común de los habitantes de una nación, provincia o municipio”. Derivado de aquí se puede deducir fácilmente que la función primordial y más importante de la SANIDAD es evitar la pérdida de la Salud mediante la prevención, fundamentalmente con una educación adecuada; si no se puede evitar la pérdida entra en juego la Asistencia Sanitaria para intentar recuperarla y si no lo consigue se produce el fracaso.

Todo esto viene “a cuento” porque a lo largo de los más de 50 años (entre carrera y ejercicio de la profesión) que llevo viviendo en el mundo de la medicina he visto una ausencia casi total de la educación para la prevención de las enfermedades; a lo más que se llega es al diagnóstico precoz para intentar realizar un tratamiento curativo y procurar evitar el paliativo (término este que, traducido con dulzura, significa reducir al máximo el sufrimiento en el camino hacia el más allá). La mayor cantidad de presupuesto público (ya escuálido en nuestro país) se dedica a la Asistencia Sanitaria, dejando sólo las migajas para la prevención. En definitiva se está “prostituyendo” el proceso lógico; ¿por qué motivo?, ¿quién se está beneficiando de ello?, ¿no tendrán algo que ver las poderosas farmacéuticas?. 

El diagnóstico precoz del que hablamos en el párrafo anterior se refiere casi exclusivamente a dos patologías que son el cáncer de colon y el de mama, en un tramo de edad en el que se sabe que su frecuencia de aparición es mayor; el resto de las enfermedades se diagnostican cuando los síntomas son manifiestos y algunas de ellas ya tienen difícil solución cuando se consigue. 

Lo que yo quiero poner encima de la mesa es que sería manifiestamente lógico, tanto desde la vertiente económica como desde la de calidad de vida, que se desarrollara, previo un estudio serio, un programa de formación en hábitos de vida y alimenticios para la ciudadanía, a través del cual se fomentara el ejercicio y la alimentación estacional y con productos de proximidad y se evitaran los productos procesados, super-procesados y el consumo de sustancias tremendamente nocivas para la salud como el tabaco, así como los alimentos procedentes de países donde no haya un control sobre los fitosanitarios que se utilizan en agricultura ni sobre la alimentación de los animales. En este sentido me gustaría reflejar un caso; con la simple identificación de le los factores de riesgo cardiovascular y planificación de vida posterior en las personas se puede evitar entre el 50% y el 80% de esta patología que sólo en Euskadi significa un costo económico de unos 890 millones de €/año.

Ahora me gustaría hacer una serie de preguntas. ¿Cuántos chutes de azúcar diarios se meten sus hijos?, muchos de ellos propiciados por usted mismo para que no le molesten; no olviden que cada uno de estos episodios significa un sobreesfuerzo del páncreas que al final termina por fallar y se van a convertir en diabéticos de pincharse insuliuna, con lo que ello significa, a una edad temprana. ¿Cuánta comida basura de supermercado (calentada en el microondas) y hamburgueserías de tipo americano han comido en el último año? ¿Sabían que en un país como Inglaterra, en el cual hay un control razonable sobre los productos fitosanitarios, a los animales que viven y se alimentan en zonas de cultivo, en los últimos 15 años, se les ha reducido a la mitad su esperanza de vida y su capacidad de reproducción y a los que viven en bosque no? ¿Qué parte de los productos que se utilizan para tener mejores cosechas pasa a nuestra alimentación? ¿Qué nos ocurrirá con los alimentos que proceden de países sin control alguno y que en el mercado actual son muchos? ¿Por qué prácticamente ya no cocina nadie? ¿Por qué nadie habla de estos temas? ¿Saben que el negocio de la alimentación, en España, supone unos cien mil millones de € anuales?

Me imagino que después de todas estas preguntas entenderán muchas cosas pero, para mí, fundamentalmente esto ocurre por desconocimiento y comodidad de las personas y por el afán de almacenar dinero de los poderosos económicamente. ¿Sabían que en Vitoria-Gasteiz, para 240.000 habitantes hay cien supermercados, uno por cada 2400 personas (más o menos 800 familias)? ¿Saben que la mayoría de estas multinacionales tienen empresas en países fuera de la unión europea para producir esos alimentos más baratos y con menos controles de salubridad y habitualmente acostumbran a tener su sede social en paraísos fiscales? Quizás esto les aclare un poco el camino por el que vamos y que desde la Administración favorecen al no mover un dedo para evitarlo. Como me imagino que esto mismo de Vitoria, acompañado de la compra a través de la red, está ocurriendo en todas las ciudades con la consecuencia de hacer desaparecer el pequeño comercio local y la descapitalización de la sociedad ¿qué porcentaje de personas se han planteado estos temas antes de dar a la tecla de aceptar la compra y esperar que se la traigan a casa?

Hoy hemos hablado, sobre todo, de las cosas negativas con las que nos toca convivir pero os prometo que en próximas fechas lo haremos sobre como yo creo que esto debería ser gestionado para obtener un resultado razonable en cuanto a ahorro de costos sanitarios y mejora de salud de la población. 

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