La vocación

Desde siempre se ha oído lo “vocacionales” que son ciertas profesiones: la religiosa, la médica, la enseñanza, etc., pero, en cambio, yo no recuerdo haber oído nunca que el barrendero, el basurero, etc estén haciendo lo que hacen por vocación. Todo esto y mi propia experiencia me han llevado a reflexionar, desde hace mucho tiempo, sobre el tema y he llegado a una serie de conclusiones con las cuales, posiblemente, algunos de vosotros no estéis de acuerdo; a pesar de ello las voy a poner sobre la mesa porque pienso que de la contraposición de opiniones razonada es más fácil que aparezca luz.

Los que me conocéis sabéis que me encanta recurrir al diccionario habitualmente pero sobre todo cuando aparece una duda terminológica y ésta no iba a ser una excepción. Si vamos a la RAE y buscamos la palabra vocación, en la 3ª acepción se habla de inclinación a un estado, una profesión o una carrera y aquí aparece la primera pregunta ¿qué condiciona esa inclinación?.

Como soy médico no puedo evitar el pensar como tal y reconocer que “de serie” venimos dotados de unas habilidades que indudablemente nos van a permitir ser muy buenos en todo lo relacionado con ellas (son los llamados en medicina “factores predisponentes”) pero para que esto se pueda producir necesita inevitablemente de una serie de circunstancias y situaciones ajenas que “lo despierten” (los llamados “factores desencadenantes”).

Llegados a este punto no puedo evitar recordar dos libros: uno sobre el que ya he hablado con anterioridad EL ELEMENTO en el que se refleja con toda claridad lo que hemos dicho en el párrafo anterior; cuando una persona está realizando una actividad con la que disfruta y se le da especialmente bien está en su “ELEMENTO”; y el otro libro, SOMOS NUESTRA MEMORIA en el que se pone de manifiesto que la memoria sólo archiva aquello que no choca con su estructura y es capaz de modificar la realidad para que sea así. Pero ¿cómo se construye la estructura de la memoria?; yo creo que con la educación y es ahí donde se entierra el libre albedrío (no ya la vocación) de la mayoría de las personas y con ello les queda cerrado el camino a la máxima felicidad, disfrute y desarrollo en perjuicio de toda la sociedad.

La mayoría de las personas desarrolla, a lo largo de su vida, una actividad que ha venido condicionada por la estructura mental que le han impuesto o, peor, por la imposibilidad material de formarse para hacer otra cosa y viven con ello pero no lo disfrutan; un pequeño grupo, gracias a una circunstancia accidental puntual y a una convivencia familiar más libre, optan por lo que en ese momento descubren como más afín a ellos y lo disfrutan a lo largo de toda su vida; algunos privilegiados, además, aciertan con su ELEMENTO y eso, si son capaces de ser coherentes con el resto de la convivencia de su vida, es el SUMUN DEL DISFRUTE Y LA FELICIDAD.

Yo creo encontrarme entre este último grupo aunque el mérito no es exactamente mío; nunca seré capaz de transmitir todo el agradecimiento que siento a las personas, sobre todo mis padres, que a pesar de las dificultades fueron capaces de ponerme encima de la mesa toda la libertad que necesitaba y al error diagnóstico gracias al cual una insolación (con una hermosa cefalea) me llevó a ingresar una semana en el Hospital Santiago de Vitoria y actuó como factor desencadenante. Ahí empezó uno de los grandes amores de mi vida, totalmente compatible con el que siento por mi mujer, hijas, nietos y padres; la evolución y los años van haciendo que los enfoques se modifiquen pero a mejor y en los 50 años que han pasado desde entonces nunca me he arrepentido ni he tenido la sensación de haberme equivocado. Nunca he tenido “depresión postvacacional” si no todo lo contrario ganas de reincorporarme a una actividad que en lo profesional ha llenado mi vida a unos niveles difícilmente imaginables.

Como apunte final una pregunta: ¿cómo sería esta sociedad si los políticos que la gobiernan, en lugar de intentar adoctrinar a las nuevas generaciones según sus propios intereses, desarrollaran un sistema educativo moderno que aportara esa libertad necesaria para que una mayoría se encontrara en el tercer grupo y acertara con su ELEMENTO?.

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