Las Perversiones

Me encanta el cine; bueno y también otro montón de cosas, sean artísticas o no, siempre que requieran un esfuerzo de participación aunque sólo sea para interpretarlas, entenderlas y disfrutarlas: hay cantidad de obras de arte (arquitectura, escultura, pintura, música, escritura, cine, etc) que uno nunca sería capaz de ejecutar pero se convierte en parte fundamental de ellas si es capaz de ponerse en el lugar del artista y sentir lo que él cuando las realizó. No es fácil y, entre otras cosas, requiere la ausencia de contaminación por parte de los supuestos expertos. Nada de catálogos, sólo se necesita MIRAR, ESCUCHAR y SENTIR.

Pero volvamos al principio pues hoy se trata del cine; yo creo que lo fundamental en él es la HISTORIA que se cuenta, si, además de una gran historia, la realización es maravillosa, nos encontraremos con una obra de arte, pero si la historia no dice nada la realización por si sola no la puede salvar. El cine francés actual tiene eso, historias posibles, actuales, con las que el espectador se puede identificar y disfrutar; por eso cuando quiero ir, y repaso la cartelera, lo primero que miro es la nacionalidad de las películas y si es francesa ya tiene mucho a su favor.

Esta semana he visto la última “ELLE” (difícil y dura) y me ha dejado descolocado inicialmente puesto que la mente difícilmente te permite asumir como real, en un entorno tan limitado, la cantidad de perversiones que en ella se relatan (infidelidad en relación de pareja y de amistad, perversión en las relaciones sexuales, falta de ética en los productos lanzados al mercado, etc.); analizado desde la reflexión he llegado a la conclusión de que todas ellas las encontramos, más próximas o más lejanas, en nuestra sociedad y que la película las pone magníficamente, sin posicionarse, sobre la mesa para que las analicemos y saquemos conclusiones. A partir de ahí el trabajo es nuestro.

Hoy mientras cocinaba con la TV puesta, lo hago habitualmente aunque no la miro (las voces me hacen compañía), no he podido evitar acordarme de la película al escuchar las llamadas “noticias rosas” en las que pervierten el orden y transmiten como importantes hechos tan intrascendentes como las separaciones y uniones de personajes que están en candelero única y exclusivamente por eso, que no afecta a nadie más que a ellos y que puede generar, por mimetismo, efectos indeseables en quien lo ve si se les transmite como algo normal.

Siempre se trasmiten lujo y reuniones maravillosas de gente “guay” pero en ningún momento me he encontrado, en esos espacios, personas que lo están pasando mal (lo más común en la actualidad) para que nos puedan contar su experiencia de lo que es la vida real de la gran mayoría de este país y así podamos sacar conclusiones reales y que nos sirvan y raras veces, y a horas intempestivas (en cualquier TV), somos capaces de poder ver entrevistas a personajes que sean referencia intelectual, científica o ética. Si las únicas informaciones que se trasmiten nos llevan a interpretar erróneamente la realidad difícilmente vamos a salir del bucle en el que nos encontramos. No quiero que se interpreten mis manifestaciones como que se debe limitar la libertad de información sino como un intento de apelar a la responsabilidad de los medios de comunicación para que, de verdad, ejerzan de forma equilibrada los tres principios que deberían primar en ellos: FORMAR, INFORMAR Y ENTRETENER, pero con ética. Desgraciadamente tengo la sensación de que lo que prima de verdad, en todos los ámbitos, es el dinero, y yo creo que su uso, aunque siempre necesario, debería estar supeditado a conseguir una sociedad más justa. No olvidemos nunca que la educación de una sociedad no se consigue sólo en la escuela sino en todos los ámbitos y a lo largo de toda la vida. FELIZ DIA A TODOS.

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