Reflexiones en vacaciones (2ª parte)

Todos los años un gran amigo con su familia y nosotros coincidimos en vacaciones. Llevamos muchos años trabajando juntos, y siempre es obligado que una tarde la dediquemos, ambas familias, a estar juntos y disfrutar de lo que el resto del año no podemos hacer: hablar relajadamente de todo, incluso de lo profesional, en el porche de casa delante de una magnífica merienda y un excelente vino.

Este año mi amigo estaba disgustado porque, a pesar de tener con al resto de sus hijos con sus correspondientes parejas, le faltaba el mayor por motivos laborales de última hora y, ante su preocupación, yo le comente que éramos unos privilegiados puesto que en ambos casos, a pesar de la edad (ninguno por debajo de los 22 a.) esperan con ilusión ese momento para disfrutarlo con nosotros y, lo que es más importante, se lo transmiten a las personas que quieren.

Una vez analizada la situación con perspectiva, me ha llevado a reflexionar sobre lo que significa la familia tanto en las distintas zonas geográficas y culturales como en los distintos momentos, más o menos difíciles, que obligatoriamente nos toca vivir.

No soy ningún experto en el tema pero de la información que procuro recibir en los países anglosajones y nórdicos los hijos, llegada una edad de más o menos 16 a., abandonan el domicilio paterno y se van a vivir con amigos de su edad. No voy a entrar en si esta costumbre los hace, a futuro, más responsables y emprendedores al no estar bajo la tutela de sus padres (es posible) pero de lo que si que estoy seguro es de que pierden un caudal afectivo impresionante y difícilmente recuperable a posteriori. Creo que esas costumbres nos llevan hacia sociedades más estructuradas en las que el cariño y el afecto cada vez están menos presentes. A mi eso me preocupa porque no me gustaría nada que mis nietos o biznietos vivieran en una sociedad similar a la de “Un mundo feliz” aunque, por desconocimiento, no fueran capaces de percibir lo que eso significa.

¿Qué habría sido, en nuestro país, de los cientos de miles de matrimonios con hijos que se han quedado sin trabajo y le han quitado su casa si no existiera ese sentido familiar y sus padres no los hubieran vuelto a acoger en la suya y los hubieran mantenido con su pensión?

 

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