Y como en todo: alguna vez ocurre lo imposible

Habéis leído bien; en todos los órdenes de la vida, desde la riqueza a la pobreza y desde la salud a la enfermedad se suceden situaciones inesperadas que pueden generar, en las personas a las que afectan, auténticos terremotos. El problema está en que nadie piensa que le va a pasar a él, a no ser en el juego y que la necesidad económica sea muy perentoria y ahí está realmente el problema.

Hay una época del año de larga tradición de juego, derivada de la lotería, que es la Navidad, y que repetitivamente podemos ver las fiestas que se organizan para celebrar que ha tocado el “GORDO”. ¿De verdad alguien se cree que toda esa gente a la que ha tocado un décimo, o una participación, creía que le iba a tocar? Por mucho que repita la seguridad la mayoría se alegrará de su suerte y una pequeña parte le tendrá envidia, pero nadie creerá en la seguridad que pregona; Y, A PESAR DE ELLO HA OCURRIDO, y ha sido para bien, en definitiva ha sido positivo para la persona a la que ha afectado; el problema es el efecto “¿llamada?” que se produce en el resto de la población cuando las televisiones hacen la retrasmisión en directo.

Hace poco tiempo el Ministro Alberto Garzón desarrolló un proyecto de ley sobre la publicidad de las apuestas que, inmediatamente, pasó al “limbo de los justos” porque, a los que verdaderamente les toca siempre, no les interesa que haya una limitación en ese sentido para no perder clientela, y continuamos viendo anuncios de apuestas deportivas en los descansos de los partidos de futbol cuando los niños la están viendo. ¿Cómo lo iba a permitir el Gobierno si, él mismo, es uno de los mayores empresarios del sector con LA LOTERÍA, LAS QUINIELAS, EL BONOLOTO, EL EUROMILLÓN, ETC. Y TODO ELLO LE SUPONE MILES DE MILLONES DE RECAUDACIÓN?

Quizás muchos de vosotros lleguéis a la conclusión de que todo ese dinero va a parar a los presupuestos y repercute en la sociedad como si fueran impuestos pero, ante ese razonamiento, yo voy a haceros una pregunta: ¿quiénes creéis que son los que participan, fundamentalmente, en ese tipo de apuestas? Prácticamente la casi totalidad pertenece a clases económicas muy limitadas que sueñan ser los ganadores para salir del pozo en el que se encuentran. De verdad ¿creéis que entra dentro de la ética el que, todos los días, al terminar el telediario en RTVE 1, se estén casi 10 minutos diciendo los premios que han tocado y haciendo publicidad de la mayoría de los productos que están a la venta?

Desde mi punto de vista esta situación es un impuesto más y, como en la mayoría de los casos, grava a los más necesitados y, si alguien lo duda, que me diga si, a lo largo de su vida, ha visto alguna persona de alto poder adquisitivo comprando décimos en una administración de lotería; seguro que personas de rentas bajas ha visto todo el mundo a muchas. Si la Administración, que nos debería proteger y sobre la que debemos tener todas las posibilidades de control que nos permite la democracia, se comporta así; ¿cómo vamos a tener la capacidad de conseguir algo, haciendo una crítica lógica, con las empresas de apuestas que se enriquecen todo lo que les apetece con esta práctica?

Me imagino que ahora ya habréis visto el por qué del título. Sólo trato de trasmitir que las posibilidades de ganar, en apuestas de este tipo, son inferiores al 0,000…1 %, EL 99,999…9 % GANAN ELLOS MUCHO. Que tengáis buen día y perdón por la desilusión.    

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