Comentarios de café

Hace más o menos 3 años, el entonces alcalde de Vitoria-Gasteiz, Javier Maroto, dio una charla a la que asistí: en un momento de la misma dijo, que los vitorianos iban a la alcaldía “a pedirnos que los saquemos de la crisis”. Cuando terminó la charla, en el capítulo de preguntas, le hice una consideración; “¿no crees que la petición más correcta sería «ayudadnos a salir de la crisis»?”. Reconoció que mi consideración era correcta y ahí quedó todo; terminó la legislatura a lo largo de la cual desarrolló una labor francamente positiva, emborronada en el tramo final, previo a las elecciones, con una forma francamente inoportuna y poco respetuosa de denunciar el descontrol y fraude existentes en la RGI. En las elecciones obtiene un resultado mejor al de la legislatura anterior, con un mayor diferencial de concejales respecto al 2º grupo, pero es desalojado de la Alcaldía por la unión del resto de los grupos alegando un clamor popular contra él. Posteriormente es nombrado para una vicesecretaría en la sede central del partido en Madrid. Todo lo anterior sirve solamente para situarnos puesto que hoy no vamos a entrar en valoraciones ni juicios sobre ello.

El 29 de Julio se produjo, en la sede del Ministerio de Interior, una reunión entre el Ministro y Rodrigo Rato, ampliamente denunciada y criticada por el resto de los partidos políticos y los medios de comunicación y defendida como algo normal por el Partido Popular. Yo creo que nunca debería haberse producido pero si se ha cometido el error lo lógico sería reconocerlo y pedir disculpas a los ciudadanos por la falta de respeto en lugar de enrocarse e intentar justificarla. Como ciudadanos no nos queda otra opción que pensar que, si no son capaces o no quieren ver su incorrecta forma de actuar, en el futuro continuarán comportándose de la misma forma.

Y aquí aparece de nuevo nuestro protagonista; en su función de vicesecretario es elegido por la dirección del partido para sentarse delante de la prensa y comentar el “episodio”. Yo no sé si esa situación hizo que se sintiera importante (vistos los antecedentes es posible) o siguió las órdenes de arriba, pero lo cierto es que se descolgó con dos frases de las que hacen época: calificó las críticas de “comentarios de café” y lo completó diciendo que ellos no se dedican a ese tipo de cosas, que lo que tienen que hacer es “ser capaces de transmitir a los ciudadanos que les pueden dar de comer”. Y se quedó tan ancho.

Mire Sr. Maroto el que una persona investigada por la policía (por cierto bajo el mando del Ministro de Interior) e imputada varias veces pueda permitirse el lujo de descolgar el teléfono y que automáticamente le reciba el ministro (por muy exministro, expresidente del FMI y amigo que sea) lleva, a los bien pensados, a calificarlo al menos de imprudencia y ejercer su derecho a la crítica; imagínese los normal y mal pensados (con todo su derecho) como pueden calificarlo. Su expresión de “COMENTARIO DE CAFÉ” es, cuando menos, un insulto a la inteligencia de los ciudadanos, inteligencia que yo creo aún no han conseguido anular.

Pero donde de verdad se ha coronado es en la segunda frase donde no sólo les ofende intelectualmente sino humanamente; los ciudadanos no les han elegido a ustedes para que les den de comer (sea cual sea la acepción de la palabra que elija), los han elegido para que gestionen este país con corrección, honestidad, formación y solidaridad y defiendan las condiciones adecuadas para que ellos puedan ganarse la vida con dignidad (aquí muy poca gente quiere la “sopa boba”). En lugar de entretenerse en generar frases de “iluminados” podrían dedicarse a que esa salida de la crisis que tanto “VOCEAN” y que, por supuesto es cierta para las grandes empresas (ya presentan cuentas de explotación similares a 2007 y sueldos de directivos escandalosos) sea parcialmente repercutida en los ciudadanos (tienen una disminución de ingresos de más del 30% con respecto a 2007) y ya verá como nadie le pide que vaya a darle de comer con cuchara y tenedor. Voy a ir más lejos: ESTOY SEGURO DE QUE TIENEN TANTA DIGNIDAD QUE NI EN LA SITUACION ACTUAL SE LES OCURRE.

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