El agujero negro

En Febrero va a hacer 6 años de que, con el título “De la política y los políticos”, escribí una entrada en la que me escandalizaba de las formas de actuar de los políticos de aquel momento en comparación con los de la época de la transición, habiendo perdido totalmente la capacidad de diálogo y acuerdo y preocupándose exclusivamente de cabalgar el poder.

Como sabéis, en la naturaleza, hay plantas carnívoras y hoy nos vamos a referir a una de ellas; tiene forma de vaso y en su fondo contiene una abundante cantidad de líquido: Nepenthes o plata jarro. La parte superior resulta tremendamente atractiva para los insectos y cuando se posan en ella no pueden evitar caer al líquido que está compuesto de fermentos digestivos y se convierten en su alimento. Se podría comparar con un agujero negro que absorbe a todo lo que se atreve a acercarse a él y lo hace desaparecer para siempre.

Si en 2014 me escandalizaba con el comportamiento de los  políticos con una formación y experiencia manifiestos, imaginaros como me siento ahora que han sido sustituidos por los meritorios y “lameculos” que pululan por las sedes de todos los partidos y que su máxima aspiración es mantenerse en el puesto, o mejorar, durante el mayor tiempo posible porque lo contrario significaría ir a parar a las listas del paro. 

La actual clase política parece que nunca se ha planteado aquella definición de política  que dice que es “El conjunto de actividades con que se gobierna un estado y procedimientos gubernativos con que se tiende a alcanzar el bienestar de todos los ciudadanos”. Durante los últimos 4 años hemos tenido 4 elecciones y 4 prórrogas de los presupuestos y en todas las negociaciones lo único que les preocupa son los sillones que quieren ocupar, olvidándose totalmente del bienestar de los ciudadanos; nuevamente para nada se acuerdan de la capacidad de diálogo de la generación de la transición cuando eran capaces de ponerse de acuerdo a pesar de las distancias ideológicas tan siderales en las que se encontraban y el riesgo de los ruidos de sables.

Nos encontramos, una vez más, en campaña electoral, con los gastos para el erario publico que ello significa y, por lo que estamos viendo, los medios de comunicación podían prescindir de los gastos que significa el seguimiento de los mítines y poner los de la campaña de Abril y nadie se daría cuenta del cambio. Los slogans son los mismos, el cargar la culpa del desastre al contrario también y, en ningún momento, nos encontramos una propuesta razonable y realizable que sea buena para la sociedad. Con todo lo que se está oyendo, para mí, no sería nada extraño que dentro de 6 meses nos encontráramos nuevamente en campaña electoral.

¿Os imagináis ahora por qué he traído a colación la planta carnívora? En el momento actual nos encontramos a punto de que  nos obliguen a posarnos en el borde del vaso y tener que entrar en el agujero negro que significan los líquidos digestivos. ¿No van a ser capaces de darse cuenta de la barbaridad que están cometiendo? ¿Son tan limitados intelectualmente? Y nosotros ¿qué podemos hacer para evitarlo? SE ADMITEN PROPUESTAS.     

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