George Bernard Shaw

No sé a vosotros pero a mí me pasa con bastante asiduidad, sobre todo en determinados momentos: cualquier circunstancia del devenir diario despierta mi interés para ponerme delante del teclado y escribir sobre situaciones de actualidad en las cuales nos toca vivir, analizarlas e intentar llegar a conclusiones que puedan ser positivas para la sociedad.

En este caso el desencadenante ha sido la llegada a mis manos de una frase de George Bernard Shaw: “El cerebro de los necios trasforma la Filosofía en tontería, la Ciencia e superstición y el Arte en pedantería”. Cuando la vi inmediatamente vino a mi mente la legión necios (siendo benevolentes) que, obligatoriamente, hemos colocado al frente de la toma de decisiones políticas y los no menos cualificados en ese menester de la necedad, y que están ahí, sin colocarlos nosotros, para actuar como “palmeros” a cambio de que nadie dificulte su poltrona mediática (los periodistas).

Nada más tenemos que hacer un recorrido somero, sin levantar mucha polvareda. Aunque pueda parecer reiterativo, los políticos que están al frente de los partidos en el momento actual hacen que añoremos a las generaciones anteriores y para constatarlo vamos a recorrer su trayectoria profesional empezando de menos a más: 1- VOX; Abascal (presidente) se ha pasado toda su vida viviendo de las “mamandurrias” del PP, Ortega Smit académicamente abogado pero legionario, el secretario de Andalucía juez de violencia de género inhabilitado y el resto no vale la pena entrar a analizarlos porque aún bajarían más el nivel. 2- PODEMOS; La mayoría de los máximos dirigentes iniciales proceden de la Universidad aunque como profesores interinos o asociados y su formación está garantizada; el problema aparece cuando la “egolatría” del máximo dirigente va eliminando a todos los demás que podrían haber conseguido articular un partido serio y con el suficiente peso para alcanzar un futuro más justo y solidario a esta sociedad. 3- CIUDADANOS; Los principales dirigentes, que están permanentemente en los medios (Rivera, Arrimadas, Villacís, etc), tienen unas dudosas y cortas carreras profesionales y los que marcan un nivel alto, con carrera profesional sólida, están saliendo a la carrera por el “tufo” que se está respirando en el partido. 4- PP; con la moción de censura de 2018, la dimisión de Rajoy, Sáenz de Santamaría y Cospedal (todos ellos soportados por carreras profesionales consolidadas) consiguen ponerse al frente del partido todos los “apesebrados” desde prácticamente la adolescencia (Casado, García Ejea, Maroto, Andrea Levy, etc), todos ellos con un currículum similar al de los de Ciudadanos y alguno de ellos como Casado con manifiestas dudas sobre la consecución de sus títulos académicos. 5- PSOE; vamos a limitarnos al secretario y al portavoz (Pedro Sánchez y José Luis Ábalos) que si bien tienen una formación académica yo no me atrevería a poner la mano en el fuego porque la hubieran ejercido con la mínima asiduidad. Lo que si está constatado es su muy larga dedicación a la política.

Después del recorrido ¿entienden porque la frase de George Bernard Shaw me los trajo a la memoria en un escenario como el actual?. A la vista del comportamiento que están teniendo yo estoy llegando a un punto en el que las dudas me corroen; de verdad ¿son sólo una banda de necios y actúan así por que no les da más de si la mente? o, además de serlo (yo estoy convencido que lo son), ¿consideran que el resto de los ciudadanos somos imbéciles, que nos creemos todo aquello que ellos nos quieran decir, de acuerdo a sus intereses, sin reaccionar ante ello?. El gran problema aparece cuando un porcentaje muy alto de la población, cansado y aburrido de oírles decir siempre lo mismo (todos culpando al de enfrente y nadie poniendo soluciones encima de la mesa) parece que les da la razón en considerarnos tontos y nadie se atreve a hacer absolutamente nada porque les parece imposible poder salir del bucle perfecto en el que nos han introducido.

Llegados a este punto muchos os preguntaréis, realmente ¿podemos hacer algo?; como todos recordaréis ya hubo un intento en 2015 y de él salió un partido sólo que, como siempre ocurre en los movimientos asamblearios, independientemente de la honestidad, solidaridad y bondad de sus intenciones, siempre hay alguien (más o menos formado pero muy hábil) dispuesto a ponerse al frente y no planteándose como primer objetivo precisamente llevar a la práctica esas ideas si no obtener el mayor rédito personal posible y si, por el camino, además se consigue algo para la sociedad bien venido sea. Como, poco a poco, vamos viendo un movimiento espontaneo y maravilloso, generado desde la desilusión de los ciudadanos en los políticos (no confundamos políticos con política) se va diluyendo y terminará quedando en nada derivado de esta forma de actuar; al final llegamos al mismo punto. Entonces ¿cuál debería ser el siguiente paso?.

Bueno pues yo creo que lo primero es no abandonarnos en el desespero y lo segundo conservar la memoria (para que no dejemos que se repita lo mismo); pero ¿cómo vamos a conseguir evitar esa repetición?. A ver que os parece mi propuesta: en primer lugar yo sería partidario de acudir a votar, en las próximas elecciones, el mayor porcentaje que haya habido en todo el periodo democrático y hacerlo todos en blanco lo cual es tanto como decirles con toda claridad que no nos vale ninguno de ellos: a continuación iniciar un movimiento como el de 2015 pero con las ideas mucho más claras y sin dejarnos manejar por redentores. Mi impresión es que si no seguimos un camino coherente (este que yo he expuesto u otro, pero siempre con honestidad) lo vamos a tener manifiestamente difícil. A VER SI HAY SUERTE.   

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