La capacidad de reconocimiento social del esfuerzo personal

En estos días que vivimos (alguien dirá malvivimos) se dan circunstancias favorables para ver cosas y reflexionar pausadamente sobre ellas. La última emisión de Vascos por el Mundo que he visto nos situaba en Ciudad del Cabo, en la Sudáfrica actual, donde se veía una estatua de Nelson Mandela dirigiéndose a la población y esto trajo a mi mente dos situaciones que creo merece la pena dedicarle el esfuerzo de una reflexión.

Como sabéis soy un gran admirador de Nelson Mandela y ya le he dedicado algún escrito anterior en el que lo reflejo pero, a pesar de mi admiración por su sacrificio y esfuerzo, reconozco que necesitó de ayuda para alcanzar su ideal; en todo caso si, después de una sangrienta guerra, la etnia negra hubiera llegado a tener el poder, la teórica Sudáfrica resultante seguramente no tendría nada que ver con la actual y eso era lo que yo me temía en aquellos difíciles momentos.

La primera pregunta es ¿por qué el país está donde está y no en la situación de otros muchos del cono sur africano? Para mi no cabe duda alguna de que se ha debido a uno de esos milagros que, sin saber por qué, ocurren muy de vez en vez a lo largo de la historia; por un lado Nelson Mandela era capaz de poner encima de la mesa incluso su vida si hubiera sido preciso, a cambio de nada, para defender sus ideales y por otro Frederik de Klerk que, como un visionario, fue capaz de entender que era lo mejor para el futuro de todo su país y para conseguirlo renunció al poder absoluto que le daba la presidencia y los dos juntos consiguieron transformar a Sudáfrica de una dictadura racista en una democracia multirracial y todo a través de un proceso pacífico y en muy poco tiempo. Por todo esto ambos recibieron juntos el Premio Príncipe de Asturias y el Premio Nobel de la Paz.

Hasta aquí el relato de los hechos pero si ahora hacemos la segunda pregunta ¿quién consiguió para Sudáfrica la democracia y eliminó el régimen racial? yo les aseguro que prácticamente el 100% de los encuestados diría que Nelson Mandela y si ampliáramos la pregunta con ¿quién es Frederik de Klerk? también prácticamente el 100% pondría cara rara e incluso algunos dirían que es un jugador de futbol holandés. A que ahora ya entendéis el por qué del título de la reflexión y como la falta de capacidad de reconocimiento social puede ser capaz de borrar de la historia a personas que se han esforzado para que ésta sea mejor en el futuro.

La segunda situación también sucedió en Sudáfrica, en 2010, cuando España se proclamó campeón del mundo de futbol. Si, en este caso, hacemos la pregunta del millón ¿a quién debe ese título España? seguro que el 100% diría que a Iniesta y su gol; seguro que todos se olvidarían del resto de sus compañeros incluyendo al que resultó imprescindible (Casillas) al parar un penalti en los últimos minutos de la semifinal con Paraguay y evitó el gol dos veces cuando Roben se quedo sólo ante él en la final. Sin el gol de Iniesta se podría haber ganado en los penaltis finales pero sin las paradas de Casillas nunca se habría podido llegar a ellos y España no tendría el título.

Como podéis ver es una situación de olvido  similar a la anterior aunque hay que reconocer que de una trascendencia que nada tiene que ver con ella. Estas son las dos que han venido a mi memoria pero, con un poquito de esfuerzo, seguro que podemos encontrar muchas más. QUE VAYA BIEN A TODOS LA SEGUNDA FASE DE LA DESESCALADA.        

 

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