La manipulación de los Medios de Comunicación

Hace poco leí un libro que considero de lectura obligada para todos (SOMOS NUESTRA MEMORIA) en el que aparecen múltiples reflexiones sobre el funcionamiento de nuestro cerebro, una de las cuales pone de manifiesto que la objetividad no existe puesto que si la observación de cualquier realidad resulta incompatible con nuestro esquema mental, automáticamente es modificada para que no nos dañe.

Años atrás, con mi hija en 1º de periodismo en la Universidad de Navarra, reunieron a todos los padres para una charla informativa por parte del Decano. En un momento de dicha charla, en medio de un panegírico de la profesión periodística, nos hizo una descripción de la transmisión de una noticia. Dijo que lo primero era estar en el sitio adecuado y con la información recogida había que ir a la oficina y fabricar la noticia. En el apartado de preguntas, le expuse mi concepto de que informar era transmitir lo más fielmente la realidad, y que, en español, fabricar es hacer algo nuevo con los materiales de los que se dispone, y le pregunté si lo que había querido decir era esto último. Se estuvo en torno a media hora intentando demostrar que no era así sin llegar a conseguirlo.

Puedo entender la manipulación inconsciente e inevitable (en el momento de producirse) de nuestro cerebro pero no puedo olvidar que si en la etapa formativa (cuando nuestra estructura mental es virgen y empieza a diseñar los circuitos que posteriormente van a gobernar nuestras reacciones y actitudes ante la vida) las experiencias y formación acumuladas hubieran llevado consigo una menor dosis de rigidez esas manipulaciones posteriores serían de una dimensión mucho menor. Eso se conseguiría con el diseño de un sistema educativo, pactado para sólo modificarlo por acuerdo, que pensara más en los ciudadanos y la sociedad y no en el adoctrinamiento y rédito electoral posterior para llevarnos a una manipulación diferida. Esta manipulación diferida es visible, en la actualidad, en las distintas Historias totalmente distintas sobre los mismos hechos que se enseñan en las Comunidades Autónomas. Dentro de unos años la generación que sólo haya conocido eso lo considerará como verdad absoluta

La manipulación a través de la noticia, o directa, tiene muchas vertientes, pero al final de todas esta el poder, ya sea económico, político o personal. En las noticias nos enfocan el tema y resaltan lo que a “ellos” les interesa, en los temas de opinión se vierten insidias y se utilizan razonamientos difícilmente sostenibles en un debate serio. En los temas económicos se resaltan los datos que interesan y se ocultan los que no, las encuestas ráramente especifican la distribución de los encuestados (se debe intentar que representen lo más fielmente a la población que están diagnosticando) y en la interpretación de los resultados cada uno ve lo que le interesa.

En definitiva cuando, al iniciar el día, empiezas a recibir la “riada” de comunicaciones desde prensa, radio o televisión tienes que recurrir a varios medios para poder sacar algo en limpio (lo menos contaminado posible) de cualquier tema.

Todo esto llega a la máxima expresión en épocas electorales en las que se oyen auténticas barbaridades y en las que siempre se ve “la paja en en ojo ajeno y no la viga en el propio”. Esta forma de actuar, en un momento en el que prima la visceralidad, consigue que muchas personas anulen su capacidad personal de análisis y crean “a pie juntillas” lo que le están diciendo y eso es lo que quiere el manipulador.

Llegados a este punto se puede decir que todo va a continuar igual por mucho que unos pocos inconformistas luchemos por evitarlo y todo eso va a ser porque nunca van a faltar los manipuladores y siempre va a haber un volumen importante de la sociedad que le resultará más cómodo creer la manipulación que esforzarse en hacer un análisis y luchar contra ella; perdón, también hay quien hace el esfuerzo de análisis pero para utilizar en su beneficio dicha situación. Para mi estos son los peores.

Creo que alguna vez os he dicho que reconocer estas realidades no es pesimismo sino el primer paso para poder luchar contra ellas y eso es lo que realmente induce estas reflexiones. Nunca se debe renunciar a la utopía porque así conseguiremos un mundo mejor.

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