Las poses

Los últimos fines de semana hemos asistido atónitos a las grandes fiestas de las vanidades organizadas, cada uno por su cuenta, en todos los partidos; da igual que sean de la “vieja” o de la “nueva” política, en todos los casos lo que verdaderamente importa es el poder y por él luchan a muerte, porque desde él se puede decidir todo. Lo demás no importa, el ciudadano tiene la memoria frágil y es fácil de manipular.

Tuvimos un año con Gobierno en funciones, sin poder tomar decisiones de verdad positivas, se habló de pactos para conseguir la investidura con modificaciones legislativas que nos podrían permitir dar un paso adelante y una vez que el atasco se soluciona, nos olvidamos de todo; en todos los partidos ocurre lo mismo, lo verdaderamente importante es defender con uñas y dientes su puesto de privilegio dentro de la estructura del partido y establecer una política de comunicación que justifique todo.

Todas las esperanzas generadas en la interinidad, en temas tan importantes como la ley electoral, corrupción, limitación de mandatos, ley de educación, reforma constitucional, etc. se ha desvanecido como la niebla en un día de sol; en cuanto han empezado los congresos en los que se decide la cúpula de cada partido y, por lo tanto, el reparto de poder; todo lo demás no cuenta (aunque nos cuenten maravillas) y luchan por ello, unos a escondidas y no sé cómo (Ciudadanos y PP) y otros a plena luz del día a navajazo limpio (Podemos y PSOE), pero todos con el mismo resultado.

Conociendo la forma de actuar de Mariano Rajoy no nos debe sorprender que, una vez aposentado y seguro en la presidencia, empiece a recular, diga que lo que funciona (según su forma de ver el funcionamiento) no se debe tocar, ningunee los pactos previamente establecidos con Ciudadanos (podían no ser una maravilla pero si eran un comienzo), establezca como bondad la acumulación de cargos, etc. Lo que verdaderamente sorprende es la actitud “servil” del resto de los partidos callándose como muertos en todo lo que se refiere a iniciativas que puedan mejorar la vida a los que más lo necesitan.

En los tres últimos meses, coincidiendo con que no ha hecho viento, no ha llovido, ha subido el petróleo y las centrales nucleares francesas estaban cerradas, todo ello responsable, según el Ministro Sr. Nadal, de la tremenda subida de la luz, yo no he oído ni visto a ningún partido presentar una iniciativa coherente para facilitarle llegar a fin de mes a las personas que ya sin esa subida tienen tremendas dificultades; nadie habla de la tremenda carga impositiva que soporta, de los peajes, de que es un mercado cautivo en el que el proveedor lo tiene muy fácil cortando el suministro y provocando que en lo que llevamos de año hayan muerto el doble de personas que en el mismo periodo del año pasado. Y eso, señores, hay que pararlo aunque, a veces, para conseguirlo haya que disminuir un poco los ingresos de los impuestos y la cuenta de resultados de las grandes compañías (que por cierto ya tienen unos balances similares a los de antes de la crisis mientras que la masa salarial bruta ha disminuido mucho desde entonces).

En el XL Semanal del domingo pasado aparece un artículo que hace temblar las piernas: habla de cómo en el estado islámico se manipula a los niños para hacer de ellos los terroristas fanáticos del futuro y a mí, cuando lo leí, me vinieron a la memoria la multitud de leyes de educación que hemos tenido en los últimos 40 años (¿7?), y me pregunto ¿no se estará intentando adoctrinar a las próximas generaciones?. ¿Sería tan difícil pactar entre todo el parlamento una ley que garantice a las siguientes generaciones una formación en y para el respeto y la libertad y que sólo pudiera ser modificada con un consenso similar?.

Ultimamente parece que la única esperanza que queda al ciudadano de a pie es la Judicatura con sus sentencias (casualidad éstos no han sido elegidos democráticamente) y posiblemente haya que explorar ese camino en busca de mejores resultados.

A pesar de todo, continúo siendo optimista y creyendo que hay más buena gente que «cabrones», lo que pasa es que estos últimos se hacen ver mucho. Gracias por aguantarme y buen día.

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