Y una vez más; la Democracia

Y una vez más un estímulo externo me lleva a escribir sobre lo que se Winston Churchill calificó como el sistema menos malo de organización social: LA DEMOCRACIA.

Si, independientemente del concepto de Churchill, nos fijamos en la RAE nos encontramos con dos acepciones, la 3ª y 4ª, que si las unimos se consigue, desde mi punto de vista, la definición más acertada y justa de demopcracia, que podría quedar: “Forma política de una sociedad en la que la soberanía reside en el pueblo, que ejerce el poder directamente o por medio de representantes y practica la igualdad de derechos individuales, con independencia de etnias, sexos, credos religioso etc”. A todo esto yo añadiría que todo ciudadano de esa sociedad debe tener libertad de pensamiento y actuación, eso sí, siempre respetando todos los derechos del resto de sus conciudadanos. 

En las sociedades occidentales, entre las que nos encontramos, el poder se ejerce por medio de representantes, elegidos periódicamente  ¿libremente? para que las gobiernen; si seguimos recurriendo a la RAE, su acepción 2 nos dice que gobernar es dirigir un país o una colectividad política y si miramos dirigir también en su acepción 2 nos dice que significa guiar, mostrando o dando señas de un camino.

Llegados a este punto yo ya no tendría tan clara la realidad completa de la viñeta de El Roto: estoy de acuerdo en que a la democracia la han convertido en un sistema electoral permanente pero eso lo han hecho gobernándonos, dirigiéndonos y mostrándonos el camino hacia el que a ellos les interesa. 

El problema aparece cuando, como ocurre en este caso, ese camino no nos lleva a lo que debería significar la democracia, que es la consecución del bien de la colectividad, si no a la búsqueda de los intereses personales de esos representantes que solo dedican sus esfuerzos a manipular a los electores para que les voten en las siguientes elecciones. Y eso empieza incluso antes de haber hecho el recuento de los votos.

Como datos significativos me voy a limitar a poner 3 ejemplos: 1- La utilización de la gestión de la pandemia por parte de todos los grupos. 2- La manipulación del escándalo del rey emérito con todas sus consecuencias. 3- El bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial que lleva dos años en funciones. De verdad ¿alguien cree que esta forma de actuar de nuestros políticos tiene algo que ver con el concepto ético de Democracia? ¿Es esto lo que los ciudadanos quieren cuando van a la urnas? ¿ Qué deberíamos hacer para conseguir revertir esta situación? Yo creo que ya va siendo hora de que desaparezca de la mente de las personas ese concepto tan erróneo de que todo lo que dicen los que yo boto es la verdad y todo lo que dicen los demás es mentira. ¿Por qué no empezamos a fiscalizar, a lo largo de todo el mandato, la utilización de nuestra confianza y, si al llegar las siguientes elecciones nos han defraudado, retirársela? El problema que yo veo es que esta forma responsable de actuar supone un esfuerzo importante y hay muy poca gente dispuesta a ello si no ve un claro beneficio para si misma (en definitiva que están pensando y actuando exactamente igual que los políticos) y ésta tampoco es una forma ética de comportamiento. Como muchas veces se ha dicho los políticos son hijos de la sociedad en la que viven y, porcentualmente, se comportan de la misma forma que ella. 

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